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Mostrando entradas de enero, 2014

No puedo terminar el libro sobre Roca. Basta

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Tal vez un informe forense y unos libros puedan decir más sobre un hombre que todas las anécdotas que jalonan una vida. Leopoldo Lugones, polígrafo nacido en Río Seco, Córdoba, en 1874, apareció muerto por envenenamiento en una habitación de un recreo del Tigre, llamado El Tropezón, el 19 de febrero de 1938. El deceso se produjo la noche anterior. En su mesa, como imagen espartana de su vida, había una botella de whisky a medio consumir, un vaso con agua intacto, una carta y un artículo inconcluso. La carta no decía nada en absoluto sobre los motivos de la muerte. Sólo alertaba que el difunto era dueño de sus actos. Fuera de eso, pedía que lo enterraran sin cajón y sin lápida. Curiosamente, la carta póstuma empezaba así: No puedo terminar el libro sobre Roca. Basta . Y es éste el primer indicio sobre las razones del suicidio del discutido poeta del nacimiento de los tiempos modernos en la Argentina. Pocos suicidas hubiesen recordado a cinco minutos de ejecutar su propia senten